Lo vengo leyendo cada vez más a menudo en la prensa internacional: parece que el plan de futuro pasa por desconfinar a la gente y pedir a los más vulnerables que extremen las medidas de autoprotección.
Suena muy bien, pero en realidad significa lo mismo que "sálvese quien pueda". O al menos, una versión edulcorada: el que tenga enfermedades previas, más de 60 años, o simplemente miedo, que se confine por su cuenta, que los demás tenemos más cosas que hacer que morirnos de hambre o ver como nuestros proyectos vitales se van mansamente a la mierda. Eso es lo que viene a decir.
La idea que está detrás es que no tiene sentido prohibir el azúcar a toda la población porque haya un porcentaje determinado de diabéticos. Son ellos los que deben vigilar su dieta, y el nivel de azúcar en sangre. Prohibirnos el azúcar a todos es una soberana estupidez.
La verdad es que no me parece una estrategia ganadora, pero tampoco me lo parece la estrategia actual de confundir las medidas sanitarias con las policiales, sin razonamiento alguno, sin más lógica que aplicar a todo el mundo unas medidas que dañan la salud física y mental de una mayoría de la población.
Salir a la calle puede ser un delito contra la salud pública, pero impedir que la gente haga ejercicio, o mantener a las personas confinadas en casa, cualquiera que sea la tipología de su vivienda, también es un ataque a esa misma salud pública.
Al final, no lo dudo, esto será lo que se imponga: paseos, deporte, distanciamiento social, y muchas, muchísimas medidas de autoprotección hasta que se conozca el grado de inmunidad que se genera o se pueda producir masivamente una vacuna, en caso de que la hubiese.
Pero la frase, la verdad, no inspira confianza.
Mi estadística va mal
Hace unos días calculé la letalidad del coronavirus tomando como base los datos de un entorno aislado, el Princess Diamond.
El crucero Diamond Princess, con base en Yokohama, llevaba a bordo más de 3000 personas. Cuando se desató el brote, y durante la curantena, se hizo análisis a todo el mundo. Creo que es el único caso en que se ha hecho un análisis a toda una población.
Tenemos por tanto, que la población analizada fue el 100%. De esta población 720 personas, entre pasajeros y tripulantes, dieron positivo. De ellos han fallecido 10, se han curado a fecha de hoy 603 y siguen enfermos 99, de los cuales 15 se encuentran en estado crítico.
Bueno, pues lamentablemente, el número de fallecidos ha aumentado muy sensiblemente, hasta 13, y 7 pasajeros siguen críticos.
Con esta novedad, me temo que tengo que hablar de una letalidad cercana al 2%. El cambio es realmente significativo y no se presta a ninguna interpretación optimista.
Sigo confiando en el procedimiento de observar un entorno aislado, pero los resultados no son los que yo quisiera mostrar.
Es lo que hay.
El crucero Diamond Princess, con base en Yokohama, llevaba a bordo más de 3000 personas. Cuando se desató el brote, y durante la curantena, se hizo análisis a todo el mundo. Creo que es el único caso en que se ha hecho un análisis a toda una población.
Tenemos por tanto, que la población analizada fue el 100%. De esta población 720 personas, entre pasajeros y tripulantes, dieron positivo. De ellos han fallecido 10, se han curado a fecha de hoy 603 y siguen enfermos 99, de los cuales 15 se encuentran en estado crítico.
Bueno, pues lamentablemente, el número de fallecidos ha aumentado muy sensiblemente, hasta 13, y 7 pasajeros siguen críticos.
Con esta novedad, me temo que tengo que hablar de una letalidad cercana al 2%. El cambio es realmente significativo y no se presta a ninguna interpretación optimista.
Sigo confiando en el procedimiento de observar un entorno aislado, pero los resultados no son los que yo quisiera mostrar.
Es lo que hay.
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