Rumores sobre la posible entrada de Polonia en la guerra

 

Lo más probable es que se trate de un rumor sin fundamento o de un simple acto de propaganda, pero vale la pena comentarlo, aunque sólo sea a nivel de análisis o como opción para contemplar otros escenarios.

Fuentes del bando ruso informan de que 

"El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valery Zaluzhny, durante una «conferencia telefónica» anunció los datos de la Dirección Principal de Inteligencia, según los cuales a finales del próximo mes Polonia enviará sus tropas a cuatro regiones occidentales de Ucrania con el pretexto de proteger su territorio de «la invasión rusa y la asistencia al pueblo hermano ucraniano».-según un hacker conocido por sus filtraciones de datos del ejército ucraniano."

"Se informa que el ejército polaco tratará de tomar el control de la región de Volyn, Lviv, Rivne y Ternopil.

Nota: Lo que le da credibilidad es que es un escenario plausible, el ejército de Bielorrusia se despliega en la frontera en la región de Brest, y se informa a las 20:45 que en la embajada rusa en Varsovia están quemando documentos." La foto que ilustra el art´ñiculo es la de la embajada rusa en Varsovia.

La fuente original de este rumor es: https://guerraenucrania.wordpress.com/2022/03/22/parte-de-guerra-22-03-2022-noche/

Este blog suele traducir fuentes rusas, que como es de esperar ofrecen el punto de vista del invasor.

El rumor ha aparecido hoy en otros medios prorrusos que comentan que esto podría suponer la entrada de Bielorrusia en la guerra y que Polonia tomaría esta acción sin el respaldo de la OTAN.

A pesar de que no le damos a esta idea la menor credibilidad, tampoco se la dábamos a la invasión de Ucrania y fallamos, con lo que esta vez nos vamos a limitar a repetir lo escuchado, subrayando, eso sí, que nos parece SUMAMENTE IMPROBABLE que haya algo de verdad en estos comentarios.

Nos parece tan probable como que Alemania esté pensando en recuperar Kaliningrado, pero hay que contarlo, aunque sólo sea como muestra del rumbo que van a tomar las informaciones en las próximas semanas.

Prisa y propaganda


Parece que la frase del título se ha convertido en eslogan en Occidente para hablar de los rusos. Fuera de que sea cierta o no, que no me lo parece, creo que es necesario denunciar el uso de una propaganda tan floja y tan peligrosa, tendente sólo a pedir más violencia.

En el catálogo de recursos de la propaganda militar, es bastante viejo y bastante obvio decir que el enemigo está frustrado, que todo va más despacio de lo que se esperaba y que los nuestros resisten contra todo pronóstico. Se trata de erosionar la moral del adversario y estimular la propia. Hasta ahí, todo según el guión, y de eso ibas Numancia, Sagunto y Massada. Ahí teneís a todo un ejército romano, impotente ante el coraje de un puñado de valientes, que bla, bla, bla... De eso iba también la salvaje defensa de Breslau o la de Leningrado, o Iwo Jima, etc...

Lo que ocurre, y hay que tenerlo en cuenta, es que cuando se emplea o se jalea esta técnica, se trata de también de incitar al adversario a utilizar más violencia, utilizarla de forma más intensiva, y en el caso de asedio a ciudades, se trata de inducir al asaltante a asesinar más población civil. 

La clase de propaganada que aceptamos o que damos por buena también es determinante, y mucho, en el modo en que se desarrollan los acontecimientos. Si alentamos ese tipo de argumentos, nos estamos poniendo del lado de los que quieren más fuego, más sangre y más destrucción. Nos ponemos de parte de los que parecen meter prisa, como si dijeran: "¡Mira oye, no eres tan fuerte porque tu enemigo aún respira!" 

¿Os imaginais eso en un combate de boxeo? Oye, que estamos en el primer asalto y el otro aún respira. Fuese cual fuese la relación de fuerzas entre los dos púgiles, esa frase sería igualmente inaceoptable. Y con razón.

Pues en esta guerra, que lamentablemente va para más que una semana, se están dando demasiado a menudo reacciones de ese tipo. 

Un poco de prudencia, por favor, que nio estamos en un videojuego.


Los corresponsales en Kazajistan

 

Los corresponsales en Kazajistan, enviados por diversos medios, nos cuentan que la situación en ese país es muy preocupante. Su descripción de los hechos, y los testimonios que nos envían de los grupos combatientes, dejan bien claro que el problema puede tener su origen en algo distinto a la subida del precio de los carburantes.

Pero oye, no, ¿qué estoy diciendo? ¿De qué corresponsales hablo? Allí no ha enviado nadie a ningún corresponsal. Las imágenes que nos llegan son las que Twitter quiere y las que el gobierno local no censura. Y si han metido apagón a internet, nos llegará solamente lo que le dé la gana a quien tenga el poder suficiente para saltarse ese apagón.

No habrá declaraciones locales. No habrá gente investigando qué pasa. No habrá análisis. No habrá alguien fotografiando de cerca a los insurgentes para que podamos opinar si son islamistas, o mercenarios americanos pagados para que Rusia desvíe los ojos de Ucranias porque le ha salido otro grano en el culo. 

Nos meten imágenes de archivo y nos las tragamos.

 Ilustran la llegada de dos mil paracaidistas con una foto de camiones y blindados, y nos lo volvemos a tragar.

Sueltan cualquier chorrada en forma de eslogan y creemos que nos hemos enterado de algo.

Con el paso del tiempo, parece que ha crecido la impresión de que lo sabemos todos y , sin embargo, ha decrecido la información real que recibimos. Sin corresponsales de los que nos fiemos, más o menos, no podemos saber lo que pasa allí ni en ninguna otra parte. ¿Qué fue de los refugiados que se agolpaban contra la frontera polaca? ¿Desistieron o los dejaron pasar? Nadie lo sabe. Se acabó el circo y punto. Nadie estaba allí para verlo. Nadie para investigar otra versión que la oficial. Nadie para preguntar a un refugiado cualquiera y no al que seleccionó, cuidadosamente, alguna oficina de prensa.

En Kazajistán nos pueden colar un documental de los años noventa con la misma facilidad que una cinta de Hollywood  o una grabación de hechos reales. Da igual.

En Kazajistán no hay nadie viendo lo que pasa. No tenemos ni puta idea de lo que ocurre ni de las razones para que ocurra. No estamos allí. 

Lo demás, son milongas.